Las nuevas desigualdades en la sociedad (caracterizada como la de la era de la información) dan cuanta de la presencia de nuevas cuestiones. La enorme y creciente brecha entre riqueza y pobreza acompaña a la hipersegmentación de las identidades étnicas, religiosas, regionales, sexuales, y muestra el antagonismo de la globalización con la homogeneidad.
A la realidad (tal como la conocemos) se suma la virtualidad, que significa “sin referente en la realidad", y se constituye en el signo dominante de la nueva sociedad.
En este pasaje de la realidad a la virtualidad, los bolsones de pobreza en los que se expresa la crisis contemporánea dan cuenta de que es más difícil sobrevivir en la realidad que en la virtualidad. En este context, conocer significa, desde esta perspectiva, acceso más que posesión y, por tanto, aprender a acceder a la tecnología se constituye en el desafío del mundo contemporáneo.
La tecnología y la cultura
La escuela y la sociedad no visualizaban ni aprovechaban las diferencias colectivas y generacionales, a lo largo del tiempo las propuestas educativas implementadas tendieron a la generación de políticas compensatorias basadas en el déficit, creando profecías e instalando a los niños, jóvenes y adultos en situaciones cada vez de mayor discriminación., la riqueza cognitiva de las culturas no académicas es ignorada.
Desde nuestra perspectiva, la igualdad es un objetivo que incluye la diversidad, el derecho de las personas a ser diferentes en tanto la exclusión de este principio conlleva a pensar que se resuelven las desigualdades si todas las personas tienen las mismas oportunidades de acceder a una cultura homogénea. En esos casos, en pro de la igualdad se reproduce y mantiene el conjunto de las desigualdades sociales. Se trata, en definitiva, de que nadie ocupe una posición inferior por no poseer determinados elementos culturales.
Las tecnologías se constituyen también en instrumentos para manejar información tales como los sistemas lingüísticos que organizan las categorías de la realidad y estructuran el modo de aproximarse a las situaciones; las actividades que, como resultado de la alfabetización, permiten recoger información y transformarla mediante la escritura; los sistemas matemáticos, que posibilitan acercarse a problemas numéricos y espaciales y los instrumentos que permiten mantener la información en la memoria a través del tiempo. el verdadero valor que posee es el de una enorme base de datos con ilimitadas posibilidades exploratorias. E1 uso reflexivo de los datos de la red como cuestión del conocimiento tendría sentido de ser incorporado como tema y problema en la escuela, siempre y cuando fuera posible y frecuente el acceso a la red.
La tecnología y la escuela
El desarrollo actual de la tecnología redefine las tareas intelectuales de la escuela. Fuera de ella impactó en los espacios de juego de los niños y de los jóvenes y generó un nuevo estilo de pensamiento .
Una escuela donde se desarrolle el pensamiento crítico y creativo implica reconocer, desde la perspectiva del conocimiento, que las prácticas rutinarias, descontextualizadas de los problemas auténticos, difícilmente permitirán el desarrollo de la capacidad de reflexión. Se trata de reconocer problemas reales. Los problemas auténticos no suelen tener respuestas unívocas o fácilmente predecibles e implican, en la mayoría de los casos, verdaderos desafíos cognitivos.
Las modernas tecnologías representan poderosas herramientas de resolución de las comprensiones y pueden tender mejores puentes entre el conocimiento disponible y las actuaciones necesarias para su utilización. Pero no se trata de que los últimos desarrollos de la tecnología, vayan a resolver estas cuestiones.
El uso de la tecnología puede implicar la implementación de excelentes propuestas para la resolución del acceso al conocimiento o la utilización de otras empobrecedoras, nuestros desafíos en el sistema educativo tienen que ver con la elección de las prácticas que rompan los ritos y den cuenta del compromiso que asume cotidianamente el y la docente a fin de que los alumnos aprendan.
La tecnología y la enseñanza
Las creencias de los docentes respecto de la tecnología, a través de las décadas le atribuyeron a la tecnología diferentes funciones aun cuando una de las prevalecientes tuvo relación con la motivación por aprender. Otra creencia se vinculó con la resolución de los problemas de comprensión. Ambas atribuyeron a la tecnología un papel positivo, casi mítico. En una posición opuesta se reconocen los efectos nocivos de la utilización de algunas tecnologías en tanto su uso puede anular algunas de las capacidades que le interesa sostener a la escuela.
La pregunta que nos hacemos es cómo se originan estas creencias que, son comunes a una gran cantidad de personas. Quizás para ello tengamos que recordar un problema señalado por Jerome Bruner, psicólogo cognitiv quien señala como crucial y explicativo de muchos fracasos escolares el aburrimiento, las prácticas rutinarias, el escaso valor de las resoluciones de los problemas, más allá del éxito escolar. Se debe recuperar el sentido de la enseñanza en términos de transferencia y aplicación,
En el análisis de las prácticas podemos reconocer que desde el pensamiento práctico de los docentes, un problema por todos ellos advertido es el valor del interés por parte de los alumnos para generar los procesos de la comprensión. Frente a este problema algunas respuestas prácticas incorporaron la utilización de los medios.
Volver a pensar las propuestas para el aula
En el interés por reconocer nuevas propuestas para el aula se presenta siempre el desafío por generar experiencias que atraigan a los estudiantes, les permitan desarrollar actividades creativas y autónomas a la par que generen valiosas experiencias de aprendizaje en torno al conocimiento de contenidos, temas, campos disciplinarios, perspectivas de análisis. Estas propuestas sostienen la posibilidad de crear una escuela reflexiva, un aula pensante que busque generar inteligencia.
Pensar nuevamente en las innovaciones para el aula nos remite a tratar de reconocer posiciones teóricas y prácticas en donde se inscriban estos procesos y brinden elementos orientadores para las tareas de los docentes. Nos interesa, por ejemplo, reconocer la existencia de modos de enseñanza diferentes que favorecen la comprensión de los distintos temas, cuestiones, disciplinas. Los modos de. enseñanza constituyen conjuntos de actuaciones que se pueden desplegar, que se involucran mutuamente, se entrelazan o superponen y se pueden generar como una sucesión. Sin embargo, los podemos identificar porque se constituyen en predominantes en determinados momentos.
Se puede aprender a resolver rutinas, ejemplos descontextualizados que nada tienen que ver con los problemas reales, o se puede asumir el desafío de plantear situaciones nuevas para intentar visualizarlas y resolverlas.
Las evidencias que dan cuenta de las posibilidades del conocer señalan la importancia de realizar conexiones entre los conceptos nuevos y los viejos, entre los que son los más importantes en un campo de conocimiento, entre lo que se estudia en el aula y lo que se aprende en la vida cotidiana, y entre lo que se aprende en la escuela y lo que se va a enfrentar en el mundo del trabajo ra poder establecer puentes con el nuevo conocimiento.
El desafío de crear una propuesta de enseñanza innovadora nos remite a revisar algunas falsas opciones que se construyen respecto a metodologías novedosas pero que entrañan múltiples dificultades a la hora de plasmarlas en actividades generadoras de nuevas formas de comprensión.
Litwin, Edith. La tecnología y sus desafíos en las nuevas propuestas para el aula
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